martes, 10 de septiembre de 2013

Roman Jakobson y la comunicación


Roman Jakobson.
Lingüista y filólogo ruso, considerado el fundador de la lingüística y de la  fonología. Fundador del Círculo Lingüístico de Moscú y una de las principales figuras del formalismo ruso. Una de las grandes aportaciones concretas de Jakobson fue la teoría de la información, constituida en 1948. Sus estudios sobre crítica literaria parten de la concepción de que la poética es parte integrante de la lingüística.

Biografía

Nacido el 11 de octubre de 1896 en Moscú, Rusia. Inició en esa capital estudios de lenguas orientales y estudió en su Universidad. En su etapa juvenil conoció el auge del gran simbolismo ruso (Aleksandr Blok, Andréi Bely), así como del poeta vanguardista Jlebnikov.

Labor como profesor

Tras estudiar en la Universidad Estatal de Moscú, marcha a Checoslovaquia, donde desempeña el cargo profesor en Praga y en Brno hasta 1939, habiendo colaborado en 1926, junto con Nikolai Troubetskoy y S. Karcevsky, en la fundación del Círculo Lingüístico de Praga cuya primera reunión se celebró al año siguiente. Ya entonces se ocupaba de cuestiones de poética, dentro del movimiento conocido como Formalismo ruso y en 1928, con ocasión del Primer Congreso de Lingüística General, de La Haya, en la redacción, junto con los demás miembros del Círculo, de las Tesis para el Congreso de filólogos eslavos (1929), en las que se afirma la idea de una lingüística estructural. Tras la invasión nazi, marcha a Noruega y a Suecia, y emigra finalmente en 1941 a los Estados Unidos, donde enseña en Nueva York, Harvard y Massachusetts, allí fundó el Círculo Lingüístico de Nueva York.

Enseñó en Copenhague, Oslo, Uppsala, Columbia, y en Harvard. Tuvo ocasión de tratar a Claude Lévi-Strauss, un antropólogo francófono belga, entonces exiliado, y de influir en sus planteamientos estructurales de la antropología. Jakobson fue reivindicado y sus libros bien difundidos en Francia, desde donde llegaron a España, entre otros países.

Muerte

Muere el 18 de julio de 1982 en Boston, Estados Unidos.

Contribuciones

La obra de Jakobson, aunque considerable, es dispersa y no está sistematizada en grandes obras. Consta de 475 títulos, de los que 374 son libros o artículos y 101 son textos diversos (poemas, prefacios, introducciones o artículos periodísticos). Además, buena parte de ella se ha realizado en colaboración con otros autores. Hasta 1939 se ocupa principalmente de poética y teoría de la literatura.

 Su obra toca simultáneamente las disciplinas de la antropología, la patología del lenguaje, la estilística, el folclore y la teoría de la información. Por ello recurrió a una veintena de colaboradores diferentes en distintas disciplinas. Suya es la primera definición moderna del fonema: "Impresión mental de un sonido, unidad mínima distintiva o vehículo semántico mínimo". Reduce todas las oposiciones fonológicas posibles a solamente doce: vocálico/no vocálico, consonántico/no consonántico, compacto/difuso, sonoro/no sonoro, nasal/oral, etc., lo que ha suscitado muchas objeciones, sobre todo por su carácter reduccionista (se le achaca una tendencia excesiva hacia las clasificaciones binarias, que no siempre se ajustan a una realidad lingüística más variada). Pero fue un pionero de la fonología diacrónica con su trabajo de 1931.

La estilística y la poética son sin duda las preocupaciones más antiguas y profundas de Jakobson. Sus teorías se desarrollaron dentro del formalismo ruso, que constituía una reacción contra una tradición de teoría literaria rusa excesivamente dominada por los aspectos sociales, y por tanto concede mucha importancia a las formas, desde las más simples (recurrencias fónicas) a las más complejas (géneros literarios). Sus teorías se presentan fundamentalmente en el artículo "Lingüística y poética", de 1960, incluido en sus Ensayos de lingüística general. De su teoría de la información, constituida en 1948 y articulada en torno a los factores de la comunicación (emisor, receptor, referente, canal, mensaje y código), Jakobson dedujo la existencia de seis funciones del lenguaje: la expresiva, la apelativa, la representativa, la fática, la poética y la metalingüística, completando así el modelo de Karl Bühler.

Estudios sobre el lenguaje

Comenzó a ocuparse de los problemas del lenguaje, de la teoría del arte y de sus relaciones. A principios de los años veinte se trasladó a Praga (en 1923 fue nombrado allí profesor de Filología rusa, y en 1937, en Brno, lo fue de Literatura checa antigua), y publicó los resultados más interesantes de esta primera fase de sus estudios: La nueva poesía rusa, de 1921, y Sobre el verso checo, con particular referencia al verso ruso, de 1923. En estos trabajos, sobre todo en el segundo, ya se afirmaba con claridad su visión de la poesía como un sistema lingüístico dominado por leyes específicas propias, en las que se confronta siempre una distinción entre elementos significativos y no significativos, y también el aprovechamiento de éstos con fines poéticos.

Sus investigaciones sobre el lenguaje infantil fueron también muy innovadoras, al destacar el papel universal que en el mismo tienen las oclusivas y las nasales. También son modélicos, sugerentes y pioneros sus estudios sobre las afasias, en los que deslinda dos tipos de anomalías: las relacionadas con la selección de unidades lingüísticas o anomalías paradigmáticas, y las relacionadas con la combinación de las mismas, o anomalías sintagmáticas. Este estudio provocó un interés apasionado en los neurólogos y los psiquiatras y la renovación de los estudios médicos en este campo.

 El interés por los fenómenos literarios será una constante de los estudios de Jakobson: en sus Observaciones sobre la prosa del poeta Pasternak, de 1935, destacó (posteriormente volvió a tratar estos temas en sus estudios sobre afasia) la relación global y dialéctica entre "metáfora" (similitud) y "metonimia" (contigüidad), dos directrices opuestas y complementarias, fundadas en la bipolaridad del propio lenguaje, y en 1942 se ocupó de la poética en Versos desconocidos de Maiakovski.

En Closing statements: Linguistics and Poetics (1958) definió seis funciones del lenguaje, basándose en los factores constitutivos de cada proceso lingüístico: función "referencial", orientada al contexto, "emotiva" al emisor, "connotativa" al receptor, "fáctica" al contacto, "metalingüística" al código y "poética" al mensaje. La Poética, como estudio de dicha función, debe considerarse parte integrante de la Lingüística. Ya en Praga, Jakobson había comenzado a interesarse por la fonología. En 1926 estuvo entre los fundadores del Círculo Lingüístico de Praga; en 1928 participó en el Primer Congreso Internacional de Lingüística en La Haya, donde presentó un programa general de lingüística funcional y estructural, elaborado junto a Karcevski y Trubeskoi, con particular atención a la fonología, y que daba la primera demostración analítica de la existencia de sistemas fonemáticos.

 La originalidad de esta postura reside en la reconducción de los fonemas, hasta entonces considerados de forma atomizada, a un principio fonético en el cual puedan definirse a través de sus trazos distintivos. En diferentes trabajos, entre los que se encuentran las aportaciones al cuarto y al sexto Congreso Internacional de Lingüística (Copenhague, en 1936, y París, en 1948) desarrolló esta teoría hasta llegar a los últimos manuales generales: Preliminaries to Speech Analysis (con C. Fant y M. Halle, 152) y Fundamentos del lenguaje (con M. Halle, 1956).

 Intentó extender al concepto de oposición binaria a otros aspectos del lenguaje, partiendo de dos estudios de morfología estructural Zur Struktur des russischen Verbums (1932) y Beitrag zur allgemeinen kasuslehre (1936), y por ello fue de los primeros y de los pocos que se ocuparon de fonología diacrónica en Remarques sur l'évolution phonologique du russe comparée à celle des centres langues eslaves (1929) y Prinzipien der historischen Phonologie (1931).

 

Entre sus más de setecientas obras, la principal recopilación es Selected Writings, en ocho volúmenes. En 1963 se publicó en París, una antología de sus Ensayos de Lingüística General, que permite captar la intención general de sus estudios y la diversidad de sus intereses. Otros artículos de 1956 y 1957 se encuentran recogidos en El desarrollo de la semiótica.

Modelo de Jakobson ESQUEMA DE LA COMUNICACIÓN

Bibliografía - R. Jakobson: “Ensayos de lingüística general”. Ed. Planeta. Barcelona. 1985.

 

Cada vez que se produce una comunicación por breve o intrascendente que parezca, todos los elementos del esquema se ponen en funcionamiento, aunque no en la misma medida ni de igual manera.

EMISOR Y RECEPTOR: ACTORES DE LA COMUNICACIÓN

   En un acto de comunicación siempre interviene el EMISOR y el RECEPTOR, aunque su participación puede suceder sin consentimiento, consciencia o intención de cualquiera o ambos actores. Un EMISOR puede emitir mensajes, aunque no tenga intención de hacerlo, tanto como un RECEPTOR puede ser destinatario de un mensaje que no desea recibir. El EMISOR es el que inicia la comunicación con alguna intención voluntaria o involuntaria. El RECEPTOR es el destinatario del MENSAJE aunque éste puede no ser el pensado por el EMISOR o tener otras características de las esperadas.

    Es importante señalar que tanto el EMISOR como el RECEPTOR deben comprenderse en un sentido amplio. No tienen por qué conocerse personalmente. Una publicidad de cigarrillos puede tener como EMISOR a los que comercializan la marca MARLBORO y como RECEPTOR, miles de personas que vieron la publicidad por televisión.

CANAL: ¿POR DÓNDE PASA LA COMUNICACIÓN?

   El CANAL, se refiere a la vía parla cual se va a establecer la comunicación. Es decir: 1º) a los componentes físicos que intervienen en la comunicación (el aire, una frecuencia, una onda, la proyección de luz, etc.), 2º) a lo fisiológico (la vista, el oído, el tacto, etc.) y 3º) a lo psicológico (la predisposición a comunicarse o el estado de ánimo).

   El CANAL puede ser: NO MEDIADO: es cuando el EMISOR y el RECEPTOR se encuentran en el mismo espacio físico. Ejemplo: la comunicación que se establece en un aula entre alumnos y maestro. El canal está MEDIADO cuando por ejemplo, en una transmisión por radio o televisión, el canal de la comunicación se establece entre interlocutores vinculados por ondas electromagnéticas.

CÓDIGO: ¿CÓMO DESCIFRAR EL MENSAJE?

     El CÓDIGO es lo que tienen en común el EMISOR y el RECEPTOR para poder comunicarse. Es decir, las reglas que deben compartir para permitir, por un lado la utilización del lenguaje y por otro, la posibilidad de interpretación. El CÓDIGO siempre es necesario para la comunicación porque si no se entiende lo que se está diciendo. El guiño de un ojo, como cualquier otro gesto, para ser comprendido con determinada intención (complicidad, aviso, alerta, etc.) es el CÓDIGO que da la clave de interpretación que debemos utilizar para que la comunicación se establezca.

     Cuando el EMISOR o el RECEPTOR en una comunicación, tiene dudas sobre si se está entendiendo el mensaje, recurren al CÓDIGO para definir el sentido.       Los CÓDIGOS funcionan como un lenguaje paralelo al cual se acude en caso de dudar sobre la emisión o recepción del mensaje. Por ejemplo, si en medio de una conversación entre dos personas, una pregunta "¿Me entendés?" o "¿Qué querés decir con eso?", lo que se está haciendo es interrogar sobre si se está utilizando el mismo CÓDIGO de interpretación en la comunicación.

CONTEXTO: TODO LO DE ALREDEDOR

     El CONTEXTO, al igual que el CÓDIGO, forma parte de lo que comparten el EMISOR y el RECEPTOR El CONTEXTO está conformado por todos los elementos "externos" que directamente o de manera imperceptible influyen en la comunicación. Estos elementos definen la relación entre el MENSAJE y los interlocutores (EMISOR y RECEPTOR).

     La enumeración de todos los elementos que conforman el contexto puede ser infinita, como la descripción de todo lo que nos rodea. Pero, sin duda, no todo influye de la misma forma por lo que se debe establecer un orden de prioridades que definan al CONTEXTO. El CONTEXTO puede ser determinado por las características de un lugar: un país, un paisaje, una ciudad, una institución, una casa, la decoración, la iluminación, los muebles, un olor, un ruido, una música, etc. O también un horario, el clima, si hay mucha gente, si es de noche, si uno de los interlocutores tiene hambre, se siente mal, etc.

MENSAJE: EL OBJETIVO DE LA COMUNICACIÓN

 El MENSAJE es el producto final de la comunicación: el sentido. Utiliza todas las expresiones y variaciones del lenguaje que hacen posible que se pueda decir lo mismo de diferentes maneras. El MENSAJE es lo que produce, circula y reproduce el sentido en el proceso de comunicación.

DIAGRAMA DEL ESQUEMA DE LA COMUNICACIÓN

La relación comunicativa se establece entre dos elementos protagónicos: de un lado, el elemento activo, al que llamaremos el agente emisor (A), productor o cifrador de determinados mensajes, y, de otro, el elemento pasivo, al que llamaremos el agente receptor (B), descifrador o consumidor de los mismos.

Para que tenga lugar realmente esta relación de comunicación es necesaria una determinada conexión física entre el lugar del agente que está en la fase de ciframiento de los mensajes y el lugar del otro agente, el que está en la fase de desciframiento de los mismos. A esta conexión efectiva entre ambas situaciones, que en el caso de la comunicación lingüística básica sería el estado acústico de la atmósfera, la denominaremos el contacto (Ct). La información, aquello que el emisor cifra y el receptor descifra en el proceso de comunicación, sólo existe en éste en calidad de mensaje (M), es decir, como información incorporada en el contacto, articulada con él, haciendo de él un material simbólico. La información es aquello proveniente del espacio que rodea por fuera a las dos situaciones interconectadas, de lo que el emisor se ha apropiado y que él pretende hacer llegar al receptor. A este elemento exterior, al que sólo el emisor tiene acceso, lo llamaremos el referente (R). Finalmente, el elemento que permite cifrar y descifrar la información en calidad de mensaje, manejar de manera adecuada al contacto para poner y para reconocer en él su consistencia simbólica, elemento que está “en posesión” lo mismo del emisor que del receptor, lo llamaremos el código (K). El proceso de comunicación tiene lugar en dos momentos o dos fases diferentes y consecutivas, la de la producción, emisión o ciframiento del mensaje y la del consumo, recepción o desciframiento del mismo. En el primer momento, el agente emisor, cuya situación está abierta al referente, toma una información acerca de éste, la somete a una acción de ciframiento, ejecutada sobre el material de contacto y mediante el uso activo de un determinado código de simbolización, y la envía así, convertida en mensaje, en dirección al receptor. En el segundo momento, el agente receptor, cuya situación no tiene acceso al referente, acepta el mensaje proveniente del emisor, toma la alteración del contacto y descifra de ella, mediante el uso pasivo del mismo código de simbolización, la información que le aporta una cierta apropiación cognitiva del referente. El proceso de comunicación, sigue Jakobson, se constituye como una síntesis de muy diferentes funciones comunicativas centradas cada una de ellas en uno de los elementos de dicho proceso. Las seis funciones que él distingue en la comunicación lingüística son las siguientes: función referencial, función expresiva, función apelativa, función fática, función metalingüística y función poética. (Ver el diagrama 3.) Jakobson reconoce que el proceso de comunicación lingüística tiene básicamente una función referencial o cognitiva. La comunicación está motivada sobre todo por la realidad exterior, el referente o contexto, es decir, por la necesidad de compartir la apropiación cognoscitiva de ella; la comunicación posibilita la socialización de esta apropiación del referente. En todo proceso de comunicación, se trata de que el agente receptor interiorice algo que está aconteciendo en una zona para él inaccesible de la realidad, y que lo haga mediante la absorción de una información acerca de ese “algo” que le está siendo enviada por el emisor —que sí tiene acceso a esa zona— y que fue compuesta por él a su manera.